Sergio Urrego: Su vida como un
grito de protesta
Recuperado de: https://www.google.com.co/search?q=SERGIO+URREGO&rlz=1C1AVNG_esCO710CO710&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjz2qSH-uLXAhUI6SYKHS-OAekQ_AUICigB&biw=1366&bih=662#imgrc=tdHgncape-npDM
La violencia y discriminación sexual, ha sido un flagelo que ha
acompañado a la sociedad desde la antigüedad, obligando a quienes tienen
una inclinación sexual distinta a vivir en la penumbra, escondiéndose y
aparentando ser alguien, que realmente no los identifica, debido a que
las opciones de la sociedad son sólo dos: macho - masculino y hembra -
femenina, como argumenta el autor Jairo Pulecio, en su artículo, acerca
de filosofía y diversidad sexual.
El hecho que este pensar, sea adoptado por muchas culturas, de debe a su respaldo por mecanismos legales, donde la sociedad se niega a ver a personas con una inclinación o identidad sexual distinta, como iguales y el sistema jurídico del país, no prevé medidas para estas situaciones.
El caso de Sergio Urrego, es una tragedia, que nos invita a la tolerancia. El adolescente, antes de morir dejó unas cartas, donde estaba dispuesto a decir la realidad de su situación. Para Sergio, el amor, no era cuestión de géneros, de hombres y mujeres que se casan y se reproducen. Su forma de pensar se resumen en la frase "mi sexualidad no es mi pecado, es mi propio paraíso".
Todo inició cuando un docente, decomisó un celular que tenía una foto de Urrego y su pareja dándose un beso, por tanto, el profesor procedió a llevar el caso ante las directivas del colegio y fueron acusados de cometer una falta grave, que iba contra el manual de convivencia, al protagonizar una "manifestación de amor obscena, grotesca o vulgar dentro de la institución". Ante esto fueron citados los dos jóvenes, junto con sus padres, a una reunión con la psicóloga, la rectora y 4 docentes. A pesar de estar preocupados los adolescentes, Sergio decidió contarle a sus padres, quienes los apoyaron, pero la situación fue distinta para su pareja, pues sus padres se escandalizaron y decidieron retirarlo de las clases. Al acudir a la cita en el colegio, Sergio y su madre, la rectora se reusó a permitirle el ingreso al aula, hasta poder hablar con el padre, donde la directora de la institución se decidió por violar el derecho a la educación al joven.
Debido a esta situación, Sergio y su madre, decidieron interponer una queja ante la secretaria de Educación de Cundinamarca. Luego de la última reunión de Sergio, con sus padres y las directivas del colegio, se advirtió que la única forma para poder volver a clases, era presentando un certificado de acompañamiento psicológico todos los meses hasta su grado.
Pese a cumplir con la petición, le negaron al joven el ingreso al plantel educativo, por lo cual, y ante tanta discriminación por parte de los directivos de la institución, decidieron retirar a su hijo del Gimnasio Castillo Campestre e inscribirlo para que terminara sus estudios en su antiguo colegio. Después, el padre de Sergio, fue informado de una denuncia contra su hijo, por presunto acoso sexual, interpuesta por los padres del joven que era su pareja.
Esta noticia destrozó a Sergio, y por todos los problemas que tuvo por la discriminación en su colegio, decidió salir el 4 de agosto de 2014, temprano y llegó al centro comercial Titán Plaza y luego de cruzar algunas palabras d despedida, con unos amigos, se lanzó de la terraza, falleciendo 3 horas después, de muerte cerebral, en la Clínica Shaio.
Su funeral fue el 8 de agosto y asistieron 40 de sus compañeros del colegio Gimnasio Castillo Campestre. Ante este acto, la rectora se mostró disgustada y exigió a los alumnos reponer el día de clases el próximo sábado, sin pronunciarse por la pérdida de la vida del joven.
*La investigación del caso, se construye a partir de la información recopilada, a través de diversas noticias de El Espectador.
Tomado en línea de:
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/pruebas-de-sergio-articulo-515085
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/sergio-urrego-un-caso-no-se-debe-repetir-articulo-598462 Karol Lizeth Hernández
El hecho que este pensar, sea adoptado por muchas culturas, de debe a su respaldo por mecanismos legales, donde la sociedad se niega a ver a personas con una inclinación o identidad sexual distinta, como iguales y el sistema jurídico del país, no prevé medidas para estas situaciones.
El caso de Sergio Urrego, es una tragedia, que nos invita a la tolerancia. El adolescente, antes de morir dejó unas cartas, donde estaba dispuesto a decir la realidad de su situación. Para Sergio, el amor, no era cuestión de géneros, de hombres y mujeres que se casan y se reproducen. Su forma de pensar se resumen en la frase "mi sexualidad no es mi pecado, es mi propio paraíso".
Recuperado de: https://www.google.com.co/search?q=SERGIO+URREGO&rlz=1C1AVNG_esCO710CO710&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjz2qSH-uLXAhUI6SYKHS-OAekQ_AUICigB&biw=1366&bih=662#imgrc=tdHgncape-npDM
Todo inició cuando un docente, decomisó un celular que tenía una foto de Urrego y su pareja dándose un beso, por tanto, el profesor procedió a llevar el caso ante las directivas del colegio y fueron acusados de cometer una falta grave, que iba contra el manual de convivencia, al protagonizar una "manifestación de amor obscena, grotesca o vulgar dentro de la institución". Ante esto fueron citados los dos jóvenes, junto con sus padres, a una reunión con la psicóloga, la rectora y 4 docentes. A pesar de estar preocupados los adolescentes, Sergio decidió contarle a sus padres, quienes los apoyaron, pero la situación fue distinta para su pareja, pues sus padres se escandalizaron y decidieron retirarlo de las clases. Al acudir a la cita en el colegio, Sergio y su madre, la rectora se reusó a permitirle el ingreso al aula, hasta poder hablar con el padre, donde la directora de la institución se decidió por violar el derecho a la educación al joven.
Debido a esta situación, Sergio y su madre, decidieron interponer una queja ante la secretaria de Educación de Cundinamarca. Luego de la última reunión de Sergio, con sus padres y las directivas del colegio, se advirtió que la única forma para poder volver a clases, era presentando un certificado de acompañamiento psicológico todos los meses hasta su grado.
Pese a cumplir con la petición, le negaron al joven el ingreso al plantel educativo, por lo cual, y ante tanta discriminación por parte de los directivos de la institución, decidieron retirar a su hijo del Gimnasio Castillo Campestre e inscribirlo para que terminara sus estudios en su antiguo colegio. Después, el padre de Sergio, fue informado de una denuncia contra su hijo, por presunto acoso sexual, interpuesta por los padres del joven que era su pareja.
Esta noticia destrozó a Sergio, y por todos los problemas que tuvo por la discriminación en su colegio, decidió salir el 4 de agosto de 2014, temprano y llegó al centro comercial Titán Plaza y luego de cruzar algunas palabras d despedida, con unos amigos, se lanzó de la terraza, falleciendo 3 horas después, de muerte cerebral, en la Clínica Shaio.
Su funeral fue el 8 de agosto y asistieron 40 de sus compañeros del colegio Gimnasio Castillo Campestre. Ante este acto, la rectora se mostró disgustada y exigió a los alumnos reponer el día de clases el próximo sábado, sin pronunciarse por la pérdida de la vida del joven.
Sergio Urrego quería graduarse,
tenía pensado estudiar inglés en Australia y luego ingeniería ambiental.
Su papá, con la voz entrecortada por el llanto, dice que su hijo se
suicidó como un grito de protesta.
Tomado en línea de:
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/pruebas-de-sergio-articulo-515085
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/sergio-urrego-un-caso-no-se-debe-repetir-articulo-598462 Karol Lizeth Hernández
Karol Hernandez
klhernandez@misena.edu.co
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